sábado, 25 de diciembre de 2010

Amnesia imparalizada

Estoy atravesado por la mirada continua de tu heroico clítoris
mira cuánto ha bailado tu ausencia en mi uniforme de náufrago.
Una mujer hace que te recuerde más con tus ojos inflados
y ese elefante que relincha en tu vientre.
Bailan sosegadas mis letras en tu piel
un tango
una marinera.
Se tuercen mis rodillas,
mis plegarias,
mis caminos en el parque,
mi polo ensangrentado,
mis ganas siempre excesivas de morir.
He de recordarte mirando la tristeza cómo se oculta en el oeste
robando alguna mirada o algún vestigio de mamá
buscando lo más ácido entre tus verduras;
clara y vestida, siempre vestida.
Algún verso descalzo me hará recordarte
vacilando los juegos de video,
caminando parsimoniosamente
procurando no caer, no tropezar,
corriendo a veces con tus pies hacia atrás
dejando tus miedos.
He de recordarte con tu henchida entraña,
con tus ganas de morir -más excesivas que las mías-
con el rico sabor que tienes de alguna lluvia de verano
he de mirarte de lejos,
cacheteando amargamente lo que parecía futuro,
cacheteando la estupidez de un verso,
pero vestida, siempre vestida.
He de recordarte cargando un tumulto blanco que chilla,
llora, suena agradable: no habla,
cuidando sus pasos,
ridiculizando a tu persona para hacerlo reír.
He de mirarte, a los lejos con tus dientes que raspan mis oídos,
cruel y ficticia,
como siempre eras y serás.
Así has de prevalecer con tus pasos dormidos,
engañando voces,
diciendo estupideces que no ganan a las mías,
así he de recordarte…
Pero a pesar que estas líneas hacen el vano intento de recordarte
sé que por tu parte
ya habrás volteado la página…
De "El orgasmo de la Tortuga"
José Chacchi Paniagua

No hay comentarios: